La vida le deparó al hondureño Raúl Aguilar uno de los momentos más difíciles en el que estuvo a punto de morir, pero gracias a las atenciones y cuidados físicos y psicológicos que recibió en el Hospital de San Benito, no solo celebró un año más de vida y sino que fue dado de alta entre globos, aplausos y pastel.
Raúl tiene 46 años y trabaja como cocinero, profesión con la que ha llevado el sustento diario a casa y en la que no había experimentado un incidente de alto riesgo; sin embargo, su vida cambió cuando le explotó un cilindro de gas propano que le provocó quemaduras en gran parte de su cuerpo.
Por la gravedad de las heridas fue llevado a la emergencia del Hospital de San Benito y pasó a la unidad de cuidados intensivos de la que logró salir, y se recuperó rápidamente, gracias al trabajo de un equipo multidisciplinario que dio su mayor esfuerzo para ayudarlo.
Pero la alegría y satisfacción no ha sido solo para don Raúl, pues los médicos, enfermeros, fisioterapeutas y psicólogos que estuvieron a cargo de su recuperación se mostraron felices y le prepararon una fiesta para celebrar su cumpleaños y su salida del hospital.
*Agradecido con Dios y el personal*
"Estoy muy agradecido por las atenciones y cuidados que me brindaron. Cuando ocurrió el accidente pensé en lo peor, pero ahora lo único que puedo hacer es dar gracias a Dios y a este hospital por haberme salvado". "Siento mucha alegría. Esta fue una sorpresa que no me esperaba", expresó Aguilar con la voz entre cortada, mientras los profesionales le aplaudían.
Con estas acciones, el personal del Hospital de San Benito no solo brinda calidez humana sino que busca mejorar el estado emocional de los pacientes y sus familiares.
Por su amplia cartera de servicios, este centro asistencial, atiende a una alta demanda de usuarios provenientes de Petén y otros departamentos, así como de México, Honduras, y otros países vecinos, por lo trabaja constantemente en mejorar la atención y brindar servicios de calidad.