Presidente Alejandro Giammattei en su discurso durante el Desayuno Nacional de Oración por Guatemala mencionó que el país ha resistido gracias a un pueblo unido
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El presidente Alejandro Giammattei pronunció un discurso durante su participación en el Desayuno Nacional de Oración por Guatemala, el cual se llevó a cabo en el país.
Discurso de Presidente Alejandro Giammattei
“Séptimo Desayuno Nacional de Oración 2022”
Guatemala, 18 de agosto de 2022
¿Quién como ser humano es suficiente para cumplir con las grandes demandas que tiene un líder?
Para ser un buen líder, las Sagradas Escrituras ofrecen una guía: el temor de Dios.
En el Antiguo Testamento, en las Sagradas Escrituras, se describe la evaluación hecha al rey Josafat, en la que, como a todos los líderes nos pasa, tenemos algunas cosas que mejorar y hay otras que Dios ve que hacemos bien.
El rey Josafat, cuyo nombre significa “el Señor juzga”, inició una reforma que abarcó cuestiones judiciales, religiosas y civiles. Puso su interés en designar magistrados y que se hicieran las cosas con justicia e integridad.
En todas las épocas vemos líderes nacionales que les ha tocado luchar por los valores más fundamentales de sus pueblos. Entre otras cosas, a nosotros nos ha tocado enfrentar una pandemia, enfrentar y superar los retos y efectos en la salud, en la sociedad y en la economía. Nos ha tocado guiar a la gente a mantener la fe, a valorar la vida y la familia.
Guatemala es un país bendito. Con mucho trabajo y mucha fe hemos logrado tener una economía resiliente, con una de las inflaciones más bajas de la región. El país ha resistido los embates gracias a un pueblo mayoritariamente unido y en armonía.
En un tiempo sin precedentes, reconocemos que esos valores fundamentales propician la paz, el progreso y aseguran el futuro. Si se valora la vida desde su concepción, podremos darle larga vida a Guatemala.
Así, se cristalizarán nuestros mejores sueños en los hijos y los nietos, generaciones por las cuales estamos trabajando sin descanso.
Si se valora la familia estamos asegurando la vida y la escuela más importante de fe, de moralidad, de trabajo y de solidaridad y, especialmente, de los principios y valores cristianos.
La familia es la base de la sociedad y como ella vaya, irá la nación. Por eso, hemos implementado la política pública de protección a la vida y la institucionalidad de la familia.
Dicha política comprende un conjunto de acciones, que facilitan a la gente y a la familia el desarrollo integral, partiendo de la persona humana.
En este objetivo es fundamental la educación y sus vínculos con la asistencia social, salud, seguridad alimentaria y nutricional, agua y saneamiento, capacitación para acceder a oportunidades de ingresos y de empleo o emprendimientos.
El gran propósito es mejorar las condiciones de vida de los guatemaltecos.
La política pública que impulsa el gobierno responde a nuestro compromiso de velar por estos dos derechos fundamentales: la vida y la familia.
Somos personas de fe. La fe precede a todo. La fe en Dios, en la familia. Fe en la gente, en lo que hacemos. Fe en una mejor Guatemala.
La fe es el combustible que lo mueve todo y a todos, nos mueve a trabajar, a vivir y a hacer las cosas bien.
Los guatemaltecos somos gente de fe. Cualquiera que sea la religión que profesemos, tenemos fe.
Este año, tuve el honor de liderar la primera mesa interreligiosa para promover la protección de la vida y la familia, en la que participaron más de 24 entidades religiosas del país.
Guatemala también cuenta con un Comisionado Presidencial para la libertad religiosa, un comisionado que se ha caracterizado por promover el respeto a la libertad de culto.
Porque como Estado respondemos también al compromiso de velar por el derecho a la libertad de religión. Toda persona tiene derecho a practicar su religión o creencia. Lo más sagrado es lo que está en nuestra mente y corazón. Eso debe ser lo más respetado. Nuestra conciencia tiene derecho a ser libre y a creer, eso es sagrado.
Fui electo por el pueblo de Guatemala para gobernar, pero no olvidemos que toda autoridad viene de Dios. Esto es un gran privilegio y a la vez una gran responsabilidad; pues es a Él a quien tenemos que dar cuentas.
Confiamos en que cuando actuamos lo hacemos considerando el bien común, la justicia y el bien de la gente. Tenemos la conciencia tranquila y estamos en paz con Dios.
Finalizo con la pregunta de inicio: ¿quién como ser humano es suficiente para cumplir con las grandes demandas que tiene un líder?
El que teme a Dios. El que hace justicia. Aquel por quien su pueblo ora.
Como médico y como hombre de fe creo en el poder de la oración, creo en el respeto de la vida desde su concepción hasta su muerte natural.
Creo en el derecho en la libertad religiosa. Creo y defiendo la Constitución, porque cuando uno quiere ser un parteaguas en la historia, no queda otra cosa que hacer lo correcto.
Hagamos unidos el trabajo que nos permita cumplir con la promesa de Dios de convertir a Guatemala en Luz para las Naciones.
Su oración, su fe y trabajo por Guatemala harán posible que juntos salgamos adelante, que hagamos un buen trabajo y dejemos esta tierra mejor de como la encontramos.
Repito en este Desayuno Nacional de Oración lo que un hombre de Dios dijera: “lo que ganamos en oración, debemos sostenerlo en oración”.
Que Dios les bendiga, pero sobre todo hoy, oremos para que Dios bendiga a Guatemala.
Muchas gracias.
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Presidente Giammattei en su participación en el Desayuno Nacional de Oración por Guatemala 20220818
Funcionarios del Organismo Ejecutivo invitados al Desayuno Nacional de Oración por Guatemala 20220818